Feliz día del libro
Catálogo 2014 - Fundación Salvador Seguí
23 de abril: Día del Libro
Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega murieron "el 23 de abril de 1616". Por eso se celebra en esa fecha el día internacional del libro. Sin embargo, el fallecimiento de Shakespeare no tuvo lugar el mismo día.
Shakespeare usaba el calendario juliano, vigente por entonces en Inglaterra, en tanto que en los países católicos como España ya había entrado en vigor el calendario gregoriano. En realidad, la muerte de Shakespeare tuvo lugar diez días después de la de Cervantes y Garcilaso de la Vega (según los autores, se fecha en el 3 o en el 4 de mayo del calendario gregoriano).
Nota: Se suele decir que Shakespeare nació también un 23 de abril, pero sólo se sabe que su certificado de nacimiento data del 26 de abril, por lo que su fecha exacta de nacimiento posiblemente nunca se sabrá con certeza.
Exposición Día Internacional de la Mujer
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La Fundación Salvador Seguí de Madrid ha expuesto una pequeña colección de reproducciones de carteles que alberga en su Archivo, publicados en diferentes años para celebrar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora o Día Internacional de la Mujer, día que conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona.
Posiciones desde el Interior de la Jaula
Entrevista a NOAM CHOMSKY
Jon Bekken y Mike Long: Tu acercamiento al anarcosindicalismo, y en particular a la obra de Rudolf Rocker, se produce cuando todavía eras muy joven. Sabemos de esa aproximación gracias a la reciente biografía de Robert Barsky y también, de pasada a algunos de tus ensayos. ¿Qué ha hecho que mantengas esa lealtad a lo largo de los años impidiendo, por ejemplo, que te convirtieras a alguna de las variedades del sistema de creencias marxista? ¿Crees que los anarquistas tienen algo que aprender de los socialistas autoritarios, y/o viceversa?
Noam Chomsky: Bueno, en primer lugar, quisiera decir que palabras como «lealtad», «conversión» o «sistema de creencias» me resultan molestas. No creo que el vincularse con ningún «sistema de creencias» debiera ir más allá de lo que esa relación te permite, por ejemplo, en las ciencias exactas. «Convertirse» a un «sistema de creencias» cerrado es algo absurdo en la medida en que nadie posee la verdad absoluta. Las certezas sólo se consiguen a través del diálogo con los demás y en el combate contra los errores propios.
Esto es cierto en muchos sentidos. Por eso, no creo que haya que mantener lealtad alguna. Es más, si nos acostumbramos a afrontar los problemas de la vida en clave de «lealtades», «conversiones», «sistemas de creencias», y otros términos análogos, estamos perdidos de antemano. Nos habremos alejado definitivamente del ámbito de un discurso constructivo, racional y moral, un ámbito en donde ninguna de esas cuestiones existe como tal.
Por lo demás, todos cambiamos a lo largo de la vida; yo mismo he ido modificando mi opinión sobre multitud de cosas a lo largo del tiempo. Algo parecido, dicho sea de paso, le ocurrió a Rudolf Rocker, el cual terminó su vida defendiendo una suerte de anarco-capitalismo [3] . No obstante, mucho de lo que aprendí de Rocker o en acontecimientos como la Revolución Española, todavía me parece aprovechable: en aquellos tiempos incluso los fascistas tenían algo inteligente que decir. Para aprender algo de los demás no es necesario compartir todos y cada uno de sus principios. Si fuera obligatorio creer en todo lo que alguien dice para llegar a aprender algo de él, entonces estaríamos adoptando un comportamiento religioso. Por eso, a mí me parece que la última cosa que desearía un anarquista sería considerar siquiera la posibilidad de que no se puede aprender nada de personas con creencias diferentes. Y al revés, la posibilidad de que nadie puede aprender nada de uno, y que todo este asunto se resume en procurar convertir un sistema de creencias a otro. Por el contrario, si tú eres una persona responsable, lo más probable es que acabes por poseer pensamientos e ideas procedentes de muchos sistemas de creencias distintos, incluyendo alguno que hayas desarrollado por ti mismo.