
[Reseña de Ana María Sitges] En esta obra, el autor desarrolla un programa de futuro mediante analogías del valor racional de lo utoprofético y del valor utoprofético de la razón. Ambas racionalidades, la profética y la filosófica, viven en el centro del personalismo donde se cruzan la tradición judía profética de Buber y Lévinas, la católica de Nédoncelle y La Croix, y la protestante hermenéutica de Paul Ricoer. El autor intenta fundamentar la racionalidad del discurso utoprofético, y entiende que cualquier “deber querer” personalista comunitario ha de ser razonable y deseable. En su obra le apunta al por qué, el cómo, el desde dónde, y sus exigencias.